Además del diseño, la forma y la medida de la etiqueta de un producto también podemos hacer más interesante nuestro producto captando la atención del público a través del olfato.
Incorporar aroma a nuestra etiqueta estimula, seduce y atraer el interés de la gente.
Las etiquetas aromáticas pueden tener un aroma estándar o personalizado, lo que permitiría al consumidor conocer el olor del producto que va a comprar sin necesidad de abrirlo.
Estas etiquetas se fabrican incorporándoles un barniz adicional con el olor o aroma sobre la impresión del papel, de modo que al rascar la etiqueta se desprende el olor añadido.